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(También disponible en taquilla el mismo día del concierto desde las 18,30 h.)
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EL LIED EN BRAHMS (I)
Johannes Brahms (1833-1897) es uno de los compositores más representativos del Lied alemán –canción lírica–, junto con figuras como Franz Schubert, Robert Schumann y Hugo Wolf. A lo largo de su carrera compuso un total de 204 Lieder solistas, además de 20 dúos y 60 cuartetos vocales. Esta cifra tan numerosa muestra el interés que el músico alemán demostró por el género. Tanto es así que este repertorio supuso gran parte de su catálogo compositivo. Brahms dio respuesta a la demanda de música que la sociedad burguesa alemana y austriaca requería para sus reuniones sociales domésticas. Así, se publicaron un total de 32 colecciones –opus– que abarcaron 196 piezas que el autor alemán escribió a lo largo de toda su vida. Su composición no siempre la planteó como la creación de una colección uniforme, ya que solía juntar obras escritas en diferentes periodos. No obstante, existen temas transversales en su creación que se han querido resaltar en el presente concierto en cuatro grandes grupos.
En el primero de ellos, bajo el título Jugendliebe –amor de juventud– se van a escuchar obras donde el amor y los anhelos juveniles se hacen protagonistas. Ganzheit, Frieden und Ruhe –plenitud, paz y tranquilidad– es el lema de la siguiente sección que nos lleva a una reflexión más serena y contemplativa sobre la vida. Aquí encontramos el célebre Wiegenlied (Op. 49, n.º 4) –que reutilizó en su segunda sinfonía–, una canción de cuna que, en su aparente simplicidad, esconde una gran complejidad emocional. La tercera sección titulada Liebeskummer –mal de amores– nos lleva a través de una serie de Lieder el dolor de la pérdida. Desde el susurro nostálgico de Immer leiser wird mein Schlummer (Op. 105, n.º 2), hasta el dramatismo de Mädchen Lied, Op. 107 n.º 5. El concierto concluye con Hoffnung, Wehmut –esperanza, melancolía– que muestra el contraste entre el anhelo de la primavera y la nostalgia.
Brahms se distinguió por un enfoque particular en el lied, en el que la música nace de una profunda comprensión emocional. Para él, el significado de la poesía era el motor principal de la composición, más allá de explorar las múltiples posibilidades de la estructura textual. Probablemente, algunas de sus creaciones fuesen una manifestación de sus propias vivencias y sentimientos –como su amor imposible por Clara Schumann–. El músico integró elementos del folclore en su gusto y preocupación por conocer la tradición. Se presenta como trasmisor de la tradición de la música germana –Volkslied–.
Su estilo compositivo dentro del lied es ecléctico. Brahms disponía de una inagotable riqueza de recursos melódicos y armónicos, así como de una notable habilidad para desarrollar patrones rítmicos y modelos de acompañamiento. Si bien predominan las formas estróficas en su catálogo, también exploró la composición continua, donde la estructura musical sigue de manera fluida el desarrollo del texto. Este programa nos ofrece un recorrido amplio por la visión única de Brahms sobre el lied, donde lo popular y lo emocional se entrelazan para ofrecer una expresión musical profunda y variada.
Miguel Ángel Ríos · Musicólogo del Instituto Complutense de Ciencias Musicales
BREVE HISTORIA DEL CICLO DE CONCIERTOS «MANUEL DE FALLA»
En el año 2015 se cumplió el centenario del estreno de El Amor Brujo, de Manuel de Falla, posiblemente la obra de toda la historia de la música en la que mejor se entrecruzan la música clásica y el flamenco. Éste tuvo lugar en el Teatro Lara de Madrid, con Pastora Imperio y un pequeño conjunto de 14 músicos. Se tituló: El Amor Brujo –Gitanería en 1 Acto y 2 Cuadros-. Con el tiempo evolucionó en lo que hoy conocemos: un ballet con orquesta sinfónica. Pero la verdadera première se produjo con una orquesta de cámara y una cantaora-bailaora; el 15 de abril de 1915.
Con motivo de dicha efeméride se comenzó a organizar un ciclo de conciertos en la Casa de Granada en Madrid, bajo el nombre de Manuel de Falla, en el que se alternan recitales de música de cámara y flamenco. Posteriormente, el Ciclo se llevó al Ateneo de Madrid debido a la relación que tuvo el compositor gaditano con esta institución a principios del s. XX. Fue aquí, en el Ateneo de Madrid, donde, en 1915 también, se estrenó una de sus obras para voz y piano más emblemáticas -con el mismo compositor al piano-: Siete Canciones Populares Españolas. El Ciclo viaja también regularmente a la Sala Cero Teatro de Sevilla, ciudad en la que, en 1923, Manuel de Falla fundó la Orquesta Bética de Cámara y con la que estrenó, en versión de concierto, una de sus incuestionables obras maestras: El Retablo de Maese Pedro