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EL LIED EN BRAHMS (II)
Die schöne Magelone op. 33 es el único ciclo vocal que compuso J. Brahms manteniendo su unidad. Para ello empleó como base literaria la obra Historia de amor de la bella Magelone y el conde Pedro de Provenza (1797) de Ludwig Tieck (1773-1853) quien está considerado uno de los primeros románticos alemanes. Se trata de una obra en la que están presentes los ideales y modelos del Romanticismo; nos traslada a un “cuento de hadas”, en una lejana y desconocida Edad Media, en la que el amor se impone ante la adversidad. Si bien Brahms tomó el texto más de cincuenta años después de su publicación, el mensaje y las formas seguían vigentes. De esta manera el músico presenta una de las obras más extensas de su catálogo –después de sus sinfonías– para narrar musicalmente la historia de amor entre el caballero provenzal Pedro y la princesa napolitana Magelone.
En un viaje Pedro conoce a la bella Magelone y surge el amor a primera vista. Sin embargo, como la joven ya está prometida a instancias de su padre, es un amor imposible. Decididos, la pareja huye de la corte. En su camino ocurre una desgracia: un cuervo roba la bolsa que contenía los tres anillos que Pedro le había regalado a Magelone. Para recuperarlos lo sigue, pero acaba cautivo en manos de un sultán. Cuando Magelone despierta, ya no puede encontrar a su amante. Mientras tanto, en la corte del sultán, Pedro se resiste a los poderes seductores de Sulima, la hija del sultán, y decide huir de vuelta a su tierra natal. Tras un largo viaje, unos pescadores lo encuentran inconsciente. En un paisaje idílico, descubre a una hermosa pastora que no es otra que su amada Magelone. La historia termina con el reencuentro de los amantes.
Brahms seleccionó 15 de los 18 poemas de Tieck para ponerlos en música, una labor que desarrolló de manera minuciosa desde el año 1861 hasta 1869. En estas composiciones, se presenta como un innovador que, partiendo de la tradición, muestra en la estética romántica un camino hacia el futuro, y todo ello sin tener que romper con el pasado. Lo mismo hizo Tieck al tomar la historia originaria de Francia en el siglo XV y difundida en el Sacro Imperio Romano Germánico gracias a la traducción de Veit Warbeck que imprimió en 1535.
El músico alemán dedicó y estrenó la obra con Julius Christian Stockhausen (1826-1906), un barítono formado con el español Manuel García (hijo), entre otros. Él mismo fue consciente de que al público le costaba seguir la historia y de esta manera surgió la práctica de intercalar entre las romanzas los textos declamados que escucharemos en el presente concierto. La música que vamos a escuchar nos transportará a un ambiente de dramatismo teatral, con grandes exigencias técnicas, melodías magníficas y momentos operísticos, a veces incluso onomatopéyicos –por ejemplo, el “clip-clop de cascos” en la primera canción, que simboliza el éxodo del Conde Pedro al mundo–. El piano desempeña un papel más importante que en sus obras precedentes, superando en energía a las partes vocales.
Die schöne Magelone no solo representa una de las cimas creativas de Brahms, sino que también nos invita a explorar el espíritu del Romanticismo en su estado más puro. En esta velada, Brahms y Tieck nos sumergen en un relato donde la música y la poesía entrelazan sus voces para transportarnos a una época mítica, donde el amor y la perseverancia vencen cualquier obstáculo.
Miguel Ángel Ríos · Musicólogo del Instituto Complutense de Ciencias Musicales
BREVE HISTORIA DEL CICLO DE CONCIERTOS «MANUEL DE FALLA»
En el año 2015 se cumplió el centenario del estreno de El Amor Brujo, de Manuel de Falla, posiblemente la obra de toda la historia de la música en la que mejor se entrecruzan la música clásica y el flamenco. Éste tuvo lugar en el Teatro Lara de Madrid, con Pastora Imperio y un pequeño conjunto de 14 músicos. Se tituló: El Amor Brujo –Gitanería en 1 Acto y 2 Cuadros-. Con el tiempo evolucionó en lo que hoy conocemos: un ballet con orquesta sinfónica. Pero la verdadera première se produjo con una orquesta de cámara y una cantaora-bailaora; el 15 de abril de 1915.
Con motivo de dicha efeméride se comenzó a organizar un ciclo de conciertos en la Casa de Granada en Madrid, bajo el nombre de Manuel de Falla, en el que se alternan recitales de música de cámara y flamenco. Posteriormente, el Ciclo se llevó al Ateneo de Madrid debido a la relación que tuvo el compositor gaditano con esta institución a principios del s. XX. Fue aquí, en el Ateneo de Madrid, donde, en 1915 también, se estrenó una de sus obras para voz y piano más emblemáticas -con el mismo compositor al piano-: Siete Canciones Populares Españolas. El Ciclo viaja también regularmente a la Sala Cero Teatro de Sevilla, ciudad en la que, en 1923, Manuel de Falla fundó la Orquesta Bética de Cámara y con la que estrenó, en versión de concierto, una de sus incuestionables obras maestras: El Retablo de Maese Pedro
LAURA FERNÁNDEZ ALCALDE, narradora